domingo, 1 de enero de 2012

El del Año Nuevo


Un primero de ano sin saltos de sky es un poco aburrido, así que allá vamos con la primera entrada del año. Supongo que al Julio le molará el concierto que lo ha sustituido.

Uno, que ya se está acostumbrando a estas cosas de la política española, está viendo un poco perpejo como la primera medida de un gobierno de derechas es subir progresivamente los impuestos sobre la renta del trabajo, del capital y los inmuebles, y los partidos de izquierdas se quejan de cuán desacertada medida. Pero bueno, no es esto de lo que quería hablar hoy. Evidentemente, celebrando hoy el décimo aniversario de la entrada en nuestros bolsillos del Euro, el tema parece obligado. 

La corriente de voces que claman contra la permanencia en el Euro está captando mas adeptos. Ya sabeis mi opinion sobre el Euro. La union monetaria es un desastre. Indudablemente. Dicho lo cual, si los estados europeos deciden crear el Euro, España tenía que estar dentro sí o sí. El Euro ha proporcionado una riqueza incalculable. Nuestra lamentable situación actual es muchísimo mejor que si hubieramos rechazado unirnos a la Unión. Os pongo un ejemplo.

Vemos un niño con obesidad infantil. Estos niños de 10 años y 100 kg de peso. Su enfermedad se debe a la acumulación de grasas. Nuestro organismo tiene un mecanismo por el cual podemos pasar por un periodo falto en alimentos si previamente hemos pasado un periodo de abundancia. Si nuestro cuerpo no tuviera esa característica, este niño no estaría enfermo hoy. Por lo tanto, podríamos pensar que este mecanismo, que es el causante de la enfermedad, es un mecanismo prejudicial. Seguro, que sin este mecanismo, nuestra especie no seria una especie dominante, incluso quizá las especies cazadoras no podrían haber sobrevivido. En mi última conferencia, John Doyle, uno de los popes del control, que ahora se ha metido en temas sistemas biológicos, explicaba en una charla excelente como muchas enfermedades modernas son consecuencia de unos mecanismos que creamos para nuestra propia supervivencia, pero que la vida moderna ha pervertido, dando como resultado, enfermedades como la obesidad, diabetes en niños, etc.

El Euro nos ha traído todo aquello con lo que soñábamos: tener una moneda fuerte, es decir, estabilidad en los precios de materias primas y confianza para inversores extranjeros; unos tipos de interés ridículos, es decir, posibilidad de endeudamiento; cobrar nuestro salario en Marcos Alemanes, es decir, capacidad de adquisición de casi cualquier bien. Todas estas ventajas que nos ha traído el Euro, que nos han dado el periodo de crecimiento más prolongado en España desde que existen registros, se ha convertido en un gran problema a día de hoy. ¿Tiene la culpa el mecanismo? Pues yo creo que no.

El problema reside en el uso que hacemos de estos mecanismos. Mecanismos que nos han permitido llegar al estado de bienestar actual, pero que utilizados sin ningún tipo de control por los tutores, se ha convertido en nuestra enfermedad. Tener una moneda fuerte, encarece tus bienes con lo que la baja productividad es un problema que solo puede ser solucionado a base de reducir salarios, con el consecuente trauma generalizado. Los tipos de interés ridículos en una época de alto crecimiento ha conducido a un endeudamiento masivo. Poder adquirir bienes alemanes ha hecho de nuestras calles un aparcamiento de coches alemanes, de nuestros tejados el habitat natural de placas solares alemanas, de nuestras cocinas, el paraíso de los electrodomésticos alemanes, etc. Nuestras balanzas comerciales están más desequilibradas que nunca, debido a la perversión de los famosos fondos para la convergencia.

En fin, los tutores deberían enseñar a los tutelados como deben hacer unos de las ventajas que tenemos, pero creo que esto es complicado. Siempre es más fácil dejarse llevar y evitar las malas caras, aunque sepamos que a largo plazo, vendrán las lágrimas.