miércoles, 31 de agosto de 2011

El de la reforma

Si Dios creo el mundo en 7 días, el demonio creo las vacaciones al octavo. Con lo agustico que estoy yo haciendo todos los días exactamente lo mismo, ahora tengo que estar pensando a cada instante lo que hacer. ¡Que desilusión!

Ayer, no se me ocurrió nada mejor que hacer que escuchar el debate sobre la reforma de la constitución. Es una cosa de locos el escuchar a esta peña. No termino de entender por que se empeñan en discursos vacíos para explicar un simple problema: No tenemos un duro. Por ejemplo, si queremos tener sanidad hay que pagar a los médicos, enfermeros, celadores, etc. Tenemos dos alternativas, pedir dinero a la gente y pagar el correspondiente interés; o hacer un huerto en cada hospital, poner una granja y decirles a esta gente que les vamos a pagar en patatas, tomates y gallinas. O elegimos la opción B, o estamos en manos de que la gente nos quiera prestar el dinero, y si nos lo presta no nos lo presta por ser buenas personas, entonces entramos en el juego de unas personas que juegan a ganar dinero, y cuando uno entra en este juego debe admitir que el que te lo deja va a ganar el máximo dinero posible.

¿Es esto justo? No, evidentemente. Pero quien dijo que hay algo justo en este mundo. La globalización no solo permite que podamos comprar bienes a un precio muy barato, sino que además nosotros pagamos bienes que están producidos bajo unas condiciones laborales muy diferentes a las que tenemos en los países que compramos esos bienes. Por tanto, mantener nuestra privilegiada posición está bajo amenaza dado que cada vez somos menos competitivos frente a otros países donde la calidad de vida es tener un plato de comida en la mesa y no televisión por satélite. Además, mientras China, la mayor amenaza del lado oscuro, siga haciendo de su moneda una herramienta para mantener a sus ciudadanos pobres y que sus bienes sean baratos, tenemos poco que hacer.

Bajo este panorama, los abanderados de las mayorias han oído la voz de Europa, aquella Europa que hace 8 años eran nuestros amados aliados, Francia y Alemania, y han introducido una reforma en la constitución para que esto no sea el coño de la Bernanda. Si Europa está siendo criticada por la falta de una politica fiscal común, en esta piel de toro llamada España hemos tendido a generar 17 pequeños países en el que cada uno hacia lo que le salía del pijo. Esto está muy bien cuando el dinero se nos caía de los bolsillos, pero ahora ¿qué pasa? Ahora resulta que te vas de vacaciones a otra comunidad autónoma y resulta que no te hacen ni una receta. Si España por si sola paga unos altos intereses por su deuda, si LaComunidadAutónomaDeMurcia, con dos cojones, quiere salir al mercado de deuda, pues le va a costar mucho más dinero que si sale deuda de España.

El mayor problema del Gobierno de España, cuando la gente mira a España desde fuera es que el gasto público está muy lejos del Gobierno, por tanto, le estamos prestando a alguien que en realidad no está controlando sus gastos. Parece que para la gente que quiere hacer negocio con nosotros, eso no es una buena señal. Así que la reforma es un instrumento que nos han sugerido por el cual el gobierno central controla el gasto de las autonomias, ni más ni menos. Y es que aunque el BCE este comprando deuda española, eso significa que en realidad todos los europeos están pagando las fiestas de los españoles, y no les gusta demasiado.

¿Cómo es posible que los mercados dicten nuestras políticas? Pues porque los servicios del estado se pagan con dinero, un dinero que no tenemos. ¿Somos libres? Claro que sí y claro que no. Podemos gastar el dinero en lo que queramos mientras que lo teníamos. Ningún mercader se opuso a plan E, teníamos un dinero y lo fundimos en lo que nos ha salido de los c***nes. Ahora, para las cosas que de verdad necesitamos, no lo tenemos, así que cuando vayamos a pedir dinero deberemos mostrar que somos ordenados y tenemos un buen control de nuestras finanzas. Si cuando vas a pedir un préstamo, le dices lo que quieres para cocaína, es difícil que te lo den, pero si tienes dinero y te quieres meter un par de rayas, ningún banquero vendrá a impedírtelo. Ello no quiere decir que los mercados nos estén imponiendo como vivir. Nos imponen que para tomar el camino B, tenemos que hacer unas cosas en las que nosotros no tenemos elección, pero nadie nos impone que por nuestra nomina queramos dinero, nadie nos impone ir en coche al trabajo y no en bicicleta, nadie nos impone divertirnos en el facebook y no jugando a las tabas. Cobrando dinero, yendo al trabajo en coche y pasando los ratejos en el facebook, pues tendremos que hacer lo que nos digan.