viernes, 1 de abril de 2011

El de qué desilusión!

Esta semana, estaba leyendo un paper, para los alejados de la jerga científica, un artículo de investigación, que ha representado uno de los mayores avances en el campo en el que estoy empezando a trabajar. Básicamente, el paper plante reducir  a la mitad el conjunto donde debes buscar cierto tesoro, pero hacer la búsqueda de forma automática. En principio, reducir el terreno donde buscar el tesoro es muy malo, dado que puede estar enterrado en la otra parcela donde no buscas, pero al hacerlo de forma automática, mejoras mucho tu capacidad de búsqueda, con lo cual todo depende de ver si los resultados del final son buenos o no, es decir, si en los problemas concretos que planteas, eres capaz de encontrar el tesoro o no.

Pues resulta, que los autores plantean 6 problemas, en dos de ellos, los resultados coinciden con los que ya se tenían en la literatura y, en cambio, en los otros 4, los resultados son tremendamente buenos. En principio, a mi, me resultaba un poco ciencia-ficción, pero si esta publicado en la mejor revista de mi campo de investigación, deben estar bastante bien. Pues, tras dos minutos trabajando con los ejemplos, la indignación. De los 6 ejemplos, 5 no son correctos. El correcto y uno que es casi correcto, dan los resultados que ya se conocían. Los otros 4, totalmente incorrectos. Un sentimiento de rabia y desilusión se cruzan en mi camino. ¿Cómo es esto posible? ¿Quién ha revisado estos papers? ¿En que punto de la historia, este mundo mio se ha convertido en política? Eres un nombre importante, y además, llevas a un personaje importante contigo, y listo! Eres un desconocido, y te dan palos hasta en el carné de identidad. Que a mi me parece muy bien que me den palos, sobre todo cuando son palos que te ayudan a mejorar tu trabajo, pero no me parece normal, que ningún revisor se moleste en comprobar los resultados.

Os comento como funciona esto. Tu escribes un trabajo, corto (6 páginas a doble columna), o largo (12 páginas). Entonces lo envías a una revista científica. Cada revista tiene un indice de impacto, que se cuantifica por el número medio de citas que al cabo de los dos años tiene un artículo que aparece en esa revista. Esta revista, se lo manda al editor jefe de esa área, que a la vez elige a un editor asociado para que evalúe el trabajo de investigación. Este editor asociado elige a tres o cuatro revisores muy allegados al campo del paper para que hagan comentarios sobre la contribución del paper. Los revisores leen el trabajo detenidamente y proponen su decisión de publicación:

  1. Aceptado.
  2. Aceptado con cambios menores.
  3. Cambios mayores.
  4. Rechazado.
Tras la primera revisión te dan 3 y la lista de los cambios a hacer o 4, chaval, vete a tu casa. Es muy raro que te den 2 a la primera. Imposible que te den 1. Si eres afortunado y te dan 3, revisas el trabajo de acuerdo a los cambios solicitados, y devuelves tu nuevo trabajo con una carta detallada de como los cambios han sido introducidos, y si no, de porque has considerado que ese cambio no debía realizarse. Estas revisiones suponen muchísimo trabajo, dado que el revisor tiene una formación diferente a la tuya, y entender las propuestas y aplicarlas puede resultar laborioso, pero ello mejora significantemente el trabajo original (algunas veces...). A la segunda revisión, te pueden dar los mismos 3 puntos, 2, 3, 4, que anteriormente. Una vez que te dan 2, es posible llegar a 1. El objetivo es llegar a 1 sin pasar por 4. 

En mi campo, entre el envió y la aceptación en las 4 ó 5 revistas importantes, pueden pasar año y medio o dos años, fácilmente, con lo que los indices de impacto son muy bajos dado que, normalmente, cuando la cita aparece han pasado más de dos años desde que se hizo. Dado que este número de citas mide la grandeza de una revista, una nueva tendencia de las revistas es a pedirte que un porcentaje de citas sea de dicha revista, se produce una reacción en cadena y el indice de impacto mejora ostensiblemente. Si no citas artículos de esta revista, es que tu artículo debería estar en otra revista, se justifican ellos. En fin..., así esta montado este negocio, porque como bien me dijo Dr. Germán, esto es un negocio. Triste, pero cierto.

En fin, ¡qué desilusión!

1 comentario:

  1. Hay un refrán que dice eso exactamente: "Crea fama, y échate a dormir".

    Todo está ya tan corrompido. Los premios, de cualquier cosa, los dan en función del renombre del participante, no por sus méritos reales.

    Por ejemplo, el balón de oro a Messi de este año fue por su nombre. Puedes preguntar a cualquier persona, incluso a aquellas que no han visto un partido en su vida y no saben de cuántos jugadores está formado un equipo, y te aseguran que el mejor del mundo es Messi...

    O por ejemplo, el Nobel de la Paz para Obama, fue de risa. Es muy curioso, porque Obama llegó a presidente aproximadamente 1 mes antes de que se cerrara el plazo para elegir los candidatos. En 1 mes, no sé qué debió de hacer, para ganarse el premio. ¿Ser negro y demócrata?

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